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sábado, 6 de septiembre de 2014

Capítulo 2

(Para leer capítulo una BAJAR HACIA ABAJO)

 2
Los siete habían decidido quedarse un tiempo en el campamento mestizo. Percy sabía que podía vencerla pero ella tenía demasiadas técnicas y aunque parezca imposible, ¡sabía utilizar espada con ambas manos!

Annabeth corría de un lado a otro de la sala. Él estaba asustado, y ella lo sabía.

-Como en los viejos tiempos, ¿no? –Dijo Percy.
Antiguamente practicaban casi cada día con la espada en esta sala, y cómo no Annabeth ganaba siempre.

-Sí, pero ahora te considero un poco… mejor en la lucha diríamos. ¿Con un 1% de probabilidades de ganar? –Se burló Annabeth.

-Ya… Un 1% sobre 1%. Te entiendo, qué generosa.

-Ya lo sé, es que eres tan listo… te admiro.-Dijo Annabeth con ironía.

Percy y Annabeth empezaron a chocar sus espadas. Percy sabía que él iba a ganar. Lo veía clarísimo. Conocía tan bien a Annabeth que sabía en cada momento lo que iba a hacer. Veía la victoria. En el momento en que Percy iba a hacer el movimiento final… entró Leo.

-Eh. ¿Qué le pasa a Rachel? –Preguntó mirando a Percy.

Percy movió la cabeza para mirar a Leo cuando notó un ligero 
dolor en el pecho, y cuando miró en esa dirección vió la espada de Annabeth rozándolo.

-¡Ehhh, era tiempo muerto, no vale, ha entrado Leo! –Exclamó Percy.

-En las batallas no hay tiempo muerto. Si estas enfrentándote a un Minotauro y viene Leo y te dice cualquier tontería, - Ehhh-murmuró Leo – ¿te giras para ver lo que quiere?

-¡Es distinto, esto es amistoso! –Dijo Percy arqueando las cejas.

-¿Amistoso? Eso es lo contrario que expresaba tu cara hace 1 minuto. –Se burló Annabeth.

-¿Puedes dejar de criticarme?

-¡No te critico!

-¿Te has oído hablar alguna vez?

Percy y Annabeth estaban frente con frente, en cualquier momento alguien se haría daño.

-¡Eh! ¿Podéis parar ya? No sé lo que os pasa a vosotros dos. Un día súper cariñosos y ahora qué, ¿os queréis matar unos a otros? –
Gritó Leo caminando hacia ellos.
El silencio abundaba en ese momento.

-Perdón- dijo Percy mirando al suelo.

-Te va a costar más que una disculpa.- dijo Annabeth firmemente.

-¿Perdona? Has empezado tú.

-¿Yo?- Dijo Annabeth cogiendo su espada del suelo.

-Con lo del tiempo muerto, no te hagas la dura, ¡te iba a ganar!-Admitió Percy.

-¡QUE OS CALLÉIS YA!- Chilló Leo. En ese instante, llamas salieron de sus manos. Si no fuera por Percy y su muralla de agua, Annabeth ya no viviría.- Esto es lo que llamo yo a la Furia Leo… y no os gustaría una segunda demostración.

Cuando Leo miró a Annabeth, le estaba dando la mano a Percy por el susto de Leo.

-¿Veis? Así estáis más monos…-Aseguró Leo.

-Percy… ya sabes que a veces me pongo nerviosa y … -Dijo Annabeth avergonzada.

-Disculpa aceptada. -Preguntó Percy

-¿ALGUIEN SABE LO QUE LE PASA A RACHEL? –Preguntó Leo finalmente.

-No.-Dijo Annabeth

-Ni idea. ¿Por? –Añadió Percy.

-Me ha dicho que siempre ve a una chica detrás de mí…-Admitió Leo.

-Qué raro… ¿una chica detrás de ti?-Se burló Annabeth

-Por eso te mira tan raro… estaba empezando a pensar que le gustabas.-Susurró Percy.

Leo pensó en Rachel… pero cuando pensaba en ella veía al antiguo oráculo, una momia medio muerta con aliento que huele a cebolla.

-Ah, tío que asco… y pensar que la has besado.-Leo cerró los ojos.

-Eh, shhh, ejem… - Percy empezó a toser disimulando.

-¿Qué has hecho qué, cuándo? –Dijo Annabeth, que se empezaba a poner roja de furia.

-¿Yo? Nada. Leo mentía. De veras que…  –Percy echó a correr fuera de la sala y acto seguido Annabeth.


-Pues… ¡suerte… y corre!- Gritó Leo.

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